viernes, 17 de diciembre de 2010

Las fiestas de fin de año y la muerte de un ser querido

Las fiestas suelen ser tiempo de alegría, reflexión, fiesta y reencuentro. Pero en otras familias todo esto puede transformarse en un tiempo cruel que machaca la idea de la ausencia de un ser querido ante su fallecimiento.

Las desgracias suceden en todo el mundo y en todas las épocas del año. Si bien la Navidad y el Año Nuevo son fechas de regocijo también hay que tener en cuenta su carácter reflexivo.

Para aquellos creyentes la natividad es el nacimiento del Mesías que nacía hace más de dos mil años, dicho día es bueno para la unión familiar y la reflexión sobre los actos llevados acabo durante todo el año. Cuando un familiar muere es bueno y necesario hacer el duelo para descargar la angustia que se siente de alguna forma. Tal como luego del llanto desconsolado sobreviene el sueño, de la misma forma luego del luto sobreviene la calma.



Todo ser querido queda en la memoria de sus allegados y es bueno traerlo al presente con simbología tal como puede ser una vela, una oración, un minuto de silencio y demás. Lo importante es hacerlo presente para de algún modo homenajear su vida y a la vez curar la herida que deja en el alma de sus familiares y amigos. La simbología es importante para el humano.

El año nuevo a su vez, puede significar el comienzo de algo nuevo. Una nueva etapa en la cual habrá que saber sobreponerse ante la ausencia de aquel ser querido y seguir adelante. Con la posibilidad de que viva por siempre en la memoria.

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