domingo, 19 de diciembre de 2010

Los conflictos familiares en las fiestas

Muchas veces lo que debía ser toda una noche de alegría y júbilo terminó convirtiéndose en una anécdota de pelea, bronca y enojo. Las reuniones familiares que muchas veces estaban acostumbradas a una buena relación terminan culminando de manera abrupta y de la peor manera.

Por lo general tiene que ver con problemas efímeros, un mal humor, un mal día, un comentario desubicado en el momento menos esperado, etc. Otras veces la causa es más compleja, sobre todo en aquellas personas que compartieron la infancia y que el desarrollo ha traído nuevas personalidades a la mesa familiar, muchas veces contrarias.



A veces las personas creen que las costumbres que se solían seguir varios años atrás no mutan y al encontrarse con un nuevo panorama quedan desubicadas, susceptibles a comentarios o actitudes desconocidas. Los nuevos novios y novias de algunos familiares incorporados a la mesa pueden ocasionar también roces.

Lo recomendable es:

- Reconocer que la relación y costumbres ya no son las mismas que años atrás.
- Intentar no hacer comentarios de tono político, ideológico o religioso en mesas con diversidad ideológica evidente.
- Resignarse a no reunirse cuando la relación ya mostró algún tiempo atrás cierto grado de alejamiento o enfriamiento.
- Reconocer que las fiestas familiares mutan en cuestión de costumbres.
- Cuando ambas familias ya formaron nuevas familias, aumenta aún más la posibilidad de roces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario