viernes, 31 de diciembre de 2010

Cumplir los propósitos del año nuevo

Llega otro año a su fin y con él se van muchas metas que no se han podido cumplir. No es necesariamente culpa de uno, a veces las agendas apretadas, el cansancio por el trabajo, el estudio ó algún mal pasar han influido para que aquellas cosas que se querían hacer no fueran hechas.

A la hora de proponer metas es importante tomar una postura absolutamente sincera de la situación actual, reconocer cuáles son aquellos puntos débiles y cuáles aquellos fuertes, cuáles son imposibilidades externas y cuáles internas.

A la hora de decidir cuál será el nuevo rumbo a tomar a partir del primero de enero del año siguiente es bueno anotar todas aquellas metas en una hoja y guardarla hasta el fin del año siguiente. De esta manera se podrá llevar un mejor control de las cosas que quedan por hacer, de la actitud y el empeño que se le presta. Una vez finalizado el año podrá tachar con gusto las cumplidas y repetir en una hoja las incumplidas, si aún desea mantenerlas.



Debe tener en cuenta que todo cambio requiere tiempo, pero no abusar de ello para posponer cosas que se podrían hacer hoy mismo. A veces las cosas que se piden con gran anticipación son las que terminan haciéndose a último momento. Por ello uno mismo, en el fondo, sabe qué cosas no se han hecho por pereza y cuáles por imposibilidad real.

Tampoco es bueno mentirse argumentado la imposibilidad de hacer algo con un fatídico “ no va a salir bien”. La mente positiva ante las responsabilidades ayudan más que el pesimismo.

Cuide su salud mental, si se ve atrapado o imposibilitado para realizar más de una acción por pesimismo, tristeza, depresión, es un claro signo que necesita ayuda psicológica. Quizá ese podría ser un buen propósito para el siguiente año.

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